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Desde sus primeros pasos el cine siempre ha tenido la compañía de la música.El cine mudo y la música de un piano fueron una de las alianzas para el nacimiento, desarrollo y expansión de la industria.

Algo más tarde “El Cantor de Jazz” (1927), obra de un musical de Broadway, fue adaptada al cine y pasó a la historia como  la primera película sonara. A principios de los años 30 la irrupción del cine sonoro propició la época dorada de los musicales. Su refinamiento y los guiones propiamente cinematográficos, no heredados de obras musicales de teatro, empezó ya en los años 40 hasta su declive como género cinematográfico a finales de los años 60, con ciertas estimables excepciones como “Cabaret” (1972).

A pesar del declive del género musical cinematográfico, la música nunca ha dejado abandonado al cine. Las nominaciones de los Oscar para los premios a mejor banda sonora y  a la mejor canción, ambos creados en 1934, son el reflejo de la importancia de la música en el mundo del cine.

Son innumerables las melodías que oímos y que fueron creadas para el cine. Un buen ejemplo de ello fueron las bandas sonoras de los western, “La conquista del oeste” (1962) o   las creaciones de Ennio Marricone para las películas de Sergio Leone. Otras han sido obras más personales como el caso de Vangelis: “Carros de fuego” (1981)  y  “Blade Runner” (1982) . O también muy populares como los temas centrales de la serie James Bond en las que han participado, entre otros, Paul McCartney, Bono, Tina Turner y Madonna.
Son muchas, muchas bandas sonoras, muchas melodías y muchos grandes artistas que han plasmado su talento en composiciones eternas; Jerry Goldsmith, John Williams, Alfred Newman y otros tantos.

Mi favorito es Henry Mancini había iniciado sus participaciones musicales en diferentes largometrajes a principios de los años 50. Fue su colaboración con Orson Wells en "Sed de Mal" (1958) la que llamó la atención a Blake Edwards con quien empezaría a colaborar, dejando entre otras joyas: Desayuno con diamantes (1961), La pantera rosa (1963), Días de vino y rosas (1962). Especial consideración para su trabajo en la disparatada "La carrera del siglo" (1965), con canciones como The Sweetheart Tree (nominada a los Oscar), 'He Shouldn't A, Hadn't A, Oughtn't A Swang on Me" o la melodía del tema del Professor Fate. En spotify y youtube podéis encontrar sus temas.

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